viernes, 9 de diciembre de 2016

Todo sobre el turrón



El turrón es sinónimo de Navidad. El tradicional de Alicante o de Jijona, está hecho con almendras, miel y clara de huevo y también te aporta energía, fibra y grasas saludables, siendo un alimento muy nutritivo.

Cómo se hace:
En la actualidad, la mayor parte del turrón que llega a nuestra mesa navideña ha sido elaborado por métodos industriales. Aunque la materia prima sigue siendo la misma, los turrones artesanales son los preferidos por quienes aprecian los ingredientes de primera calidad.

1.La miel, y a veces algunos azúcares, se calientan a altas temperaturas y se remueve hasta lograr la temperatura deseada. Esta pasta se suele emulsionar con claras de huevo, lo que le da al turrón su característico color.
2.Aparte, se tuestan las almendras y se remojan para pelarlas más fácilmente. Posteriormente se someten a un proceso de secado para finalmente incorporarlas a la mezcla anterior.
3.Esta mezcla de miel, claras y almendras, aún caliente se extiende en moldes para darle su forma definitiva. Una vez enfriado, el turrón se corta en porciones rectangulares y se envasa.
El turrón blando o de Jijona se obtiene al moler por separado la miel endurecida y las almendras tostadas. Para obtener el turrón, se mezclan y se calientan la miel y las almendras mientras se golpea la preparación para que adquiera su característica textura compacta.

Nutrición:
Por los ingredientes que lo componen, el turrón de buena calidad tiene importantes cualidades nutricionales:
  • La miel aporta energía, además de que es fuente de vitaminas y antioxidantes.
  • La clara de huevo tiene un alto contenido en proteínas y demás nutrientes del huevo, pero sin los niveles de colesterol que aporta la yema.
  • Las almendras son ricas en fibra, antioxidantes y grasas insaturadas (buenas), que fortalecen tu salud cardiovascular.


Cómo servirlo:
La respuesta a esta pregunta es una sola: ¡como tú quieras! Sin embargo, te recomendamos cortar el turrón blando en trozos finos y comerlo en pequeñas porciones para que se disuelva en la boca y puedas deleitarte con su textura, su sabor dulce y sorprenderte por los pequeños trocitos de almendra. El turrón duro también es recomendable cortarlo en trozos pequeños que te puedas comer de un bocado, para que la miel no se funda en los dedos sino en tu boca. Lo fundamental es que el turrón sea fresco (mira la fecha de caducidad) y de buena calidad (mira el precio y, sobre todo, los ingredientes).

Cómo almacenarlo:
Una de las cualidades más importantes del turrón es la humedad. Por eso viene envasado herméticamente para garantizar su frescura y su calidad. De manera que cualquier cosa que hagas para almacenarlo tu objetivo fundamental debe ser preservar su humedad. Nunca saques todo el turrón de su envase.
  • Saca solo la parte que vas a consumir de inmediato y vuelve a colocar el resto dentro de la envoltura de plástico.
  • Si no guardaste el envase y quieres conservar tu turrón para más adelante, puedes envolverlo con papel vegetal y cubrirlo con film o papel de aluminio.
  • Si compraste varios turrones para comértelos a lo largo del año, no abras la caja hasta el momento de consumirlos y ten en cuenta la fecha de caducidad.

Tipos de turrón
En el mercado encontrarás una gran variedad de alimentos etiquetados como turrón. Aquí te ofrecemos una clasificación de los más comunes. 
  • Blando o de Jijona: Hecho con almendras molidas y de textura untuosa
  • Duro o de Alicante: Con almendras enteras y crujiente
  • Diversos: Tabletas de distintos ingredientes. Pueden ser de chocolate, mazapán o frutas confitadas
  • De fécula: Se utilizan distintos tipos de harina en su elaboración.