SANTO DOMINGO. En el proceso de hacernos mayores, la correcta nutrición apoyada de un estilo de vida saludable era parte indispensable para hacerlo con gracia y en posesión de todos nuestros sentidos. Después de conocer el proceso en nuestra piel y huesos, es el turno de dos órganos fundamentales: corazón y cerebro. Sin ellos dos en buen estado, olvídese de todo lo demás. Aprenda a cuidarlos después de los 40.
El cerebro.
Con los años, las neuronas empiezan a disminuir en número y tamaño, reduciendo, al mismo tiempo, el volumen del cerebro y nuestra habilidad para recordar detalles y hechos. El cerebro también sufre los ataques de los radicales libres y las conexiones entre las neuronas disminuyen con el tiempo. El estrés es enemigo de la salud cerebral, lo mismo que altos niveles de colesterol e hipertensión.
Un plan de prevención para el cerebro.
Déle un tiempo de tranquilidad a su cerebro: dormir bien lo hace más inteligente; el sueño permite que el cerebro una datos que aparentaban dispersos y los interprete correctamente. Poco sueño, por otro lado, lleva a mal desempeño y cambios de humor.
Cómase una manzana: Su poderoso efecto antioxidante y su contenido en flavonoides protegen sus células cerebrales de los radicales libres.
Omega 3: estos ácidos grasos esenciales presentes en pescados como el atún y la sardina, son esenciales para las comunicaciones a nivel celular, previniendo su daño.
Manténgase conectado: El cerebro reacciona, aun en personas muy mayores, ante los abrazos y gestos de afecto. Socializar, mantenerse en contacto, reduce el cortisol, la dañina hormona del estrés.
Baile: Los bailes de salón, aquellos que requieren llevar el ritmo, los pasos y una pareja son una trifecta perfecta para el cerebro: socializa, reta la mente y lo mantiene en movimiento. No sólo lo convertirá en el adulto más solicitado de la fiesta, hará maravillas por su memoria. Que no le gusta bailar? Vaya de compras con una amiga. Seguro que le sale más caro, pero el efecto es el mismo.
Otras opciones para mantener su cerebro "caminando", no importa los años, van desde intentar juegos de memoria, a practicar instrumentos musicales, ejercitarse en yoga y meditación o echando mano de trucos igualmente prácticos: mantenga sus cosas esenciales (llaves, medicinas, billetera, libreta de teléfonos...) en un mismo lugar, y hágase cargo de lo pendiente de forma inmediata.
Un corazón que se niega a envejecer
Con los años, los niveles de colesterol (HDL, el bueno y LDL, el malo), se modifican. Sin suficiente colesterol del bueno, el malo se "amontona" causando placa. Las placas se adhieren a las paredes de las arterias y con esto, se desencadenan una serie de situaciones nada placenteras y peligrosas.
Comience su plan de prevención
Monitoree su cintura: Según nos hacemos mayores, el metabolismo se pone más lento y tendemos a ganar peso, lo que contribuye a padecer de diabetes, hipertensión y colesterol elevado. Verifique el ancho de su cintura porque créalo o no, es un indicador de riesgo.
Chequee sus números: Lleve el control de sus números internos y compare contra el chequeo anterior. Verifique que sus mediciones se mantengan idealmente en este rango:
Colesterol: LDL debajo de 100 mg/dL; HDL sobre 50
Presión arterial: debajo de 120/80 mmHG
Triglicéridos: menos de 150 mg/dL
Nivel de azúcar en sangre: menos de 100 mg/dL
Corte 200 calorías por día cuando llegue a los 50. El metabolismo disminuye un 5% cada década, por lo que aunque sea moderadamente activo, el cuerpo quema menos calorías. ¡Tómelo en cuenta!
Proteja su corazón como los del Mediterráneo
Aceite de oliva, vegetales de hojas verdes, cereales enteros, nueces, frutas, pescados, vino tinto, tomates... una rica mezcla de antioxidantes, fitoquímicos, vitaminas y grasas saludables, que disminuyen grandemente los riesgos cardiovasculares en sólo tres meses. La dieta mediterránea aporta cromo, un mineral muy difícil de conseguir por la comida, que ayuda a disminuir el colesterol malo, sube el bueno y previene la resistencia a la insulina.
Por último, cómase un postre de chocolate: el chocolate negro es una excelente adición a tu dieta diaria y una forma muy dulce de concluir tu almuerzo.
Fuente: Himilce Amelia Tejada, www3.diariolibre.com
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