Científicos de la Universidad de Erlangen, en Alemania, aseguran haber creado una pintura que transforma las sustancias tóxicas del aire en partículas inofensivas.
Hasta ahora pintar interiores traía como invariable efecto un par de días de aire poco respirable y a veces hasta tóxico.
Pero el profesor Horst Kisch, del Instituto de Química Orgánica de la Universidad de Erlangen ha creado una pintura que, según afirma, limpia el ambiente, y esto incluso en espacios abiertos como calles.
La pintura está provista de un pigmento llamado dióxido de titanio, que desde hace tiempo es usado en pasta de dientes y pinturas. Ese pigmento está normalmente manipulado para que no produzca reacciones químicas significativas.
Hasta ahora pintar interiores traía como invariable efecto un par de días de aire poco respirable y a veces hasta tóxico.
Pero el profesor Horst Kisch, del Instituto de Química Orgánica de la Universidad de Erlangen ha creado una pintura que, según afirma, limpia el ambiente, y esto incluso en espacios abiertos como calles.
La pintura está provista de un pigmento llamado dióxido de titanio, que desde hace tiempo es usado en pasta de dientes y pinturas. Ese pigmento está normalmente manipulado para que no produzca reacciones químicas significativas.
Un catalizador líquido
Sin manipular, el pigmento absorbe energía de las radiaciones ultravioleta que vuelve su superficie activa y al contacto con el aire produce enlaces de oxígeno que liberan reacciones fragmentando las moléculas dañinas en partículas inocuas.
El logro del profesor Kisch y su grupo de investigadores fue conseguir cambiar la estructura de este pigmento para que reaccione con la baja cantidad de rayos ultravioleta (3%) que posee la luz solar.
Tres años trabajó el equipo para conseguir que ese dióxido de titanio reaccione con difusa luz solar y aún con luz artificial.
Sin manipular, el pigmento absorbe energía de las radiaciones ultravioleta que vuelve su superficie activa y al contacto con el aire produce enlaces de oxígeno que liberan reacciones fragmentando las moléculas dañinas en partículas inocuas.
El logro del profesor Kisch y su grupo de investigadores fue conseguir cambiar la estructura de este pigmento para que reaccione con la baja cantidad de rayos ultravioleta (3%) que posee la luz solar.
Tres años trabajó el equipo para conseguir que ese dióxido de titanio reaccione con difusa luz solar y aún con luz artificial.
Resultados "sorprendentes"
El profesor Horst Kisch, de la Universidad de Erlangen, lideró el equipo de investigación.
Los resultados han causado sorpresa: la pintura que resultó consigue eliminar del aire sustancias como monóxido de carbono, formaldehído, dicloroetileno y benzol.
En una prueba realizada en una oficina, la aplicación de pintura a las paredes logró disminuir en pocos días la concentración de sustancias tóxicas en un 80 por ciento.
El pigmento fotocatalítico también logra dispersar permanentemente olores fuertes dentro de recintos cerrados, como los de cocina, cigarrillos y de diluyentes en general, sin afectar los alimentos.
La pintura ya está disponible en el mercado bajo el nombre de StoClimasan, aunque no es del todo barata: una lata de 15 litros cuesta en Alemania alrededor de U$ 200 dólares y rinde para unos 100 metros cuadrados.
Una vez que se consigan reducir los costos, la pintura podría ser utilizada en paredes que dan hacia las calles para bajar fuertemente el nivel de monóxido de carbono.
La pintura cuenta ya con el aval del gobierno alemán que le concedió un premio por su carácter innovador.
El profesor Horst Kisch, de la Universidad de Erlangen, lideró el equipo de investigación.
Los resultados han causado sorpresa: la pintura que resultó consigue eliminar del aire sustancias como monóxido de carbono, formaldehído, dicloroetileno y benzol.
En una prueba realizada en una oficina, la aplicación de pintura a las paredes logró disminuir en pocos días la concentración de sustancias tóxicas en un 80 por ciento.
El pigmento fotocatalítico también logra dispersar permanentemente olores fuertes dentro de recintos cerrados, como los de cocina, cigarrillos y de diluyentes en general, sin afectar los alimentos.
La pintura ya está disponible en el mercado bajo el nombre de StoClimasan, aunque no es del todo barata: una lata de 15 litros cuesta en Alemania alrededor de U$ 200 dólares y rinde para unos 100 metros cuadrados.
Una vez que se consigan reducir los costos, la pintura podría ser utilizada en paredes que dan hacia las calles para bajar fuertemente el nivel de monóxido de carbono.
La pintura cuenta ya con el aval del gobierno alemán que le concedió un premio por su carácter innovador.
Fuente: Sergio Correa, BBCMUNDO.COM
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